jueves, 17 de abril de 2008

Un atardecer cualquiera

Llueve. Miro por la ventana, y el horizonte se funde con el cielo. No se a ciencia cierta dónde termina el agua y dónde comienza el infinito... Me estoy volviendo loco. Tres días encerrado, y no hay nada que hacer. Estoy aburrido de la consola, de internet, de la radio, de todo.Miro al horizonte por la ventana, mientras contra los cristales rebotan miles de gotas de agua, suicidándose violentamente, tan desesperadas como lo estoy yo.
Me vuelvo y la veo en el sofá, viendo otro de esos insulsos programas del corazón... qué sutil manera de decir telebasura. Si al menos dejara de llover, podría salir a dar un paseo...
De repente, algo suena en mi cabeza, ese "clic" que despeja mi mente y me hace alcanzar ese estado de plena consciencia... ¿habrá algo? Sin decir ni pio, me voy hacia la puerta, cojo el impermeable y las llaves del coche. Justo cuando salgo por la puerta, escucho un débil "No te mojes"... si es que me conoce y sabe que necesito salir.
Bajo al garaje, me monto en el coche y lo arranco. Pongo rumbo a la playa, y en 4 minutos estoy allí. Maldita sea. Quince o veinte chavales desvistiendose a toda prisa, poniendose esos neoprenos escandalosos... si es que lo sabia. Con este tiempo sólo nosotros entramos al agua...
Sin apenas pensarlo, vuelvo a casa. Subo los escalones de dos en dos, de tres en tres. Salto en los rellanos, y cuando llego arriba, boqueando por la falta de aire, caigo en que podría haber cogido el ascensor... tranquilo, para bajar. Lo llamo y abro la puerta de la casa.
Entro como una exhalacion, directo a la habitacion de los trastos (si es que le costó comprender que ni loco dejaba la bici y mis tablas en el trastero, al alcance de un "cualquiera"). Al menos en eso sí que soy ordenado. La tabla en su funda, el invento puesto. El peine y la parafina en su bolsa, dentro de la funda. La mochila tiene traje, lycra, escarpines, toalla... ¿toalla? Si nunca consigo acordarme de ella antes de necesitarla... Ah, ella de nuevo.
Cojo todo como buenamente puedo, me dirijo a la puerta, y vuelvo a oir un débil susurro... "Pásalo bien, pero no cojas frio". Es un cielo. Pero mi trabajo me ha costado que lo comprendiera. Cuántas peleas, discusiones, malos ratos... todo por el surf, y hasta que no lo probó, y vió mi cara al coger cada ola, no lo comprendió. Desaparecieron las discusiones, peleas, malos ratos... todo. Y llegó al fin la comprensión. Sin surf no soy yo.
Al coche, esta vez en ascensor. Todo para adentro. Salgo demasiado rápido del garaje (paciencia... que te vas a matar un dia de estos). Llego a la playa, ya casi todos están con los neoprenos puestos. Yo, en lugar de desvestirme, me visto (prefiero pensar que mi indumentaria habitual son esos 3mm de neopreno negro como mi alma...). Saco la tabla de la funda. Meto todo en el maletero y cierro el coche. La llave al bolsillo interior (que gran invento ésto del bolsillo interior y las llaves de aluminio, se acabó el cordon al cuello), y para el agua.Voy andando hacia la orilla, fijandome en el horizonte. De veras que no se divisa la línea... Apenas me fijo en las caras. Hace mucho que veo caras nuevas. Soy de esos que cuando yo mismo empezaba, tachaba de "puretas". Joder, si apenas tengo 30 años... Todos han cambiado. ¿Donde están mis amigos? ¿Los compañeros del pico? Se han ido. Y sólo yo me resisto a abandonar el pico. Un día de estos me lo plantearé, y dejaré mi lugar a las nuevas generaciones... cada día mas radicales.
Me tiro al agua, y el primer contacto me hiela todo, mi corazon incluso parece resentirse... el frio, solo quien ha entrado al agua en pleno mes de enero lo sabe. Quien se queda en la orilla desconoce esta sensacion. Remo, al principio con dolor, poco a poco voy entrando en calor. Remo, remo, remo...
Llego al pico. Todo lleno de niñatos, con sus trajes de colorines. ¿Donde ha quedado el buen gusto? Joder, si es que soy un pureta... Miro al horizonte y allí la veo, la primera ondulacion... Aqui ni espero mi turno ni ostias, que para eso soy veterano. Remo, y reman conmigo 7 niñatos mas. Alguno apunta buena técnica... se fija... ése controla. El resto... cuidado con ellos. Remo, remo, remo...Sí, take off, sencillo pero fluido. Encaro la pared, y a jugar con la ola. Un par de gritos y alguno que planeaba saltarme la ola lo deja ante esa amenaza ininteligible: "Vaaaaaaaa"... ¿va que? Anda ya... Más fluido. ¿Para que saltar, para que joder la primera ola. Ésta se disfruta así. Ya tendrán tiempo de aprender a respetar al mar. La primera ola es para demostrarle al mar que sabes, para que luego te regale más y mejores olas. Y ellos aún no lo saben. Algunos jamás lo sabrán, y quizás uno o dos, lo descubrirán. Ésos serán los verdaderos surfers.
Termino, al agua de nuevo. Remo hacia el pico. Veo bullicio, y nostalgico, recuerdo cuando tenia 16 años y montaba una fiesta en el pico con los amigos... ¡Que tiempos aquellos! Sigo remando. Me voy haciendo mayor. Sigo remando... casi llego. Me queman los brazos. Definitivamente tengo que hacer algo mas de ejercicio.Me voy acercando al pico. Paso de la algarabia... yo a lo mio, que tanto niñato suelto es un coñazo. Me pongo de nuevo en el pico, sin respetar a nadie. A fin de cuentas, pocos me van a decir algo. Para eso sirve hacerse mayor, al menos te respetan...
De repente... voces. ¿Insultos? Me giro, y allí los veo: Matu, Gordo y Loco... Se dibuja una sonrisa en mi rostro. No puede ser... Hace ¿seis años? Mas o menos... quizás más. Remo todo lo rápido que puedo... "¿Que haceis aqui? ¡Cuanto tiempo!"... Es Matu quien responde... "¿Acaso pensabas que ibamos a dejarte una sesion tan buena, como la de diciembre del 97 en El Palmar, a ti solo? Venga yaaa"... Risas, hacia tiempo que no lo recordaba. Aque día si que fue bueno, los 3 en la playa (Loco no quiso venir). "¿Por que no me habeis avisado? Joder, me acabais de dar una alegría que ni te imaginas". "Estuvimos en tu casa, pero enseguida nos dijo Chiqui que te habias venido, asi que seguimos hasta aquí, ya sabes... en el coche siempre va el material". "Si, es que no me imaginaba que con las olas que hay tu estuvieras en casa" me suelta Gordo... "Hombre... la duda ofende"... (y para mi, me digo que no soy tan viejo, que el día que haya olas y no tenga ganas de entrar, será el día que me metan en el ataud, hay cosas que no cambian).
¿Que mas puedo decir? Una tarde de olas, de recuerdos, nostalgia y, sobre todo de amigos. Como es el surf. Siempre olas, recuerdos y amigos. Los mejore años de mi vida los he pasado con estos tres... ahora añoro cada sesion sin ellos. Vienen caras nuevas, a veces me encuentro con caras conocidas. Pero no es lo mismo... nunca volverá a ser lo mismo.
Si, sé por qué me vuelvo arisco estando encerrado... simplemente, porque hecho en falta el agua salada. Y quizás, tal vez, a mis amigos. Aunque sinceramente, los llevo en el corazón cada vez que vuelvo a entrar al pico, al de siempre, donde aprendí con ellos... Y aún hoy no sé si realmente mis tres amigos compartieron conmigo esa sesión, o realmente estaban en otra parte, quizás soñando con coger una última ola, en el pico, en nuestro pico.

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