lunes, 22 de noviembre de 2010

Reenganchado.

[8 de agosto, 21.47h. Clinica Nuestra Señora de la Salud, Cádiz]

- Buenas noches, ¿que desean?
- Venimos de urgencia, mi esposo se encuentra mal, le duele mucho la cabeza.
- No se preocupen, pasen a la sala de urgencias.
(3 minutos mas tarde)
- Buenas noches, soy el medico de urgencias, pasen.
- Gracias.
- ¿Que le ocurre?
- Esta mañana empezó a dolerme la cabeza, estoy acostumbrado, pero no a un dolor tan intenso. Me resulta muy molesto.
- ¿Le han tomado la tension?
- No.
(4 minutos mas tarde)
- Cálmese, ponga esta pastilla bajo su lengua y relajese...
(32 minutos mas tade)
- Vamos a inyectarle un compuesto, con eso volverá todo a la normalidad...
(1 hora, 42 minutos mas tarde)
- Ha sido complicado, pero parece que la crisis ha remitido. Señor, acaba de alcanzar un record... en mis veintiun años de ejercicio no habia conocido a nadie que soportara una tension arterial tan alta... durante tanto tiempo. Es peligroso, muy peligroso...
- ¿A que puede deberse, doctor?
- Señora, seguramente sea una afeccion de tipo nervioso. ¿Ha padecido estres ultimamenta? ¿Hay algun cambio que se haya producido en las ultimas semanas dignas de mencion?
- Si, algo ha ocurrido... le comento...
(... 6 minutos mas tarde)
- Pues probablemente haya sido eso. Mi consejo: descanse, de un giro a su vida de 180 grados... por su salud. Si ha tenido otro estilo de vida, por su bien, reenganchese al mismo.
[...]

[4 de octubre. 11.30h. En algún lugar de Portugal]
Algo de tiempo ha pasado. No mucho, pero si el suficiente.
¿Que me ha pasado? ¿Que ha ocurrido? A veces, llevamos un ritmo de vida que no es saludable: prisas, comida rapida (da igual que sea una ensalada con aceite de oliva o comida "McBasura"), discusiones, presion en el trabajo, en casa, el banco, la familia, los amigos... A veces nos preocupa mas el coche que vamos a comprarnos que saber a ciencia cierta que hoy hemos dicho "Te quiero" un par de veces. O recordar el dia del aniversario, pero no reconocer la cancion que se bailó por primera vez de casados... A veces, creemos, es mejor una camisa "de marca" que aquella horrible camiseta comprada con esfuerzo y cariño que dice "Alguien que te quiere mucho estuvo en Barcelona y se acordó de ti..." con letras de colores, dibujos típicos (y tópicos)...

¿Qué venda he tenido en los ojos? ¿Por qué ese minusculo arbolito no ha dejado que viera el bosque que se extendía ante mi? ¿Tan gruesa era la tela de la venda en los ojos? Casi lo pierdo todo por mera cabezoneria, por un inutil intento de prosperar economicamente... cuando me estaba arruinando emocionalmente. Me prometí que nunca protagonizaría aquella escena de desconsuelo en el cine: "Mamá, ¿por que no ha venido papá?... Porque tenía que trabajar... Pero era mi cumple... Lo sé, pero tiene cosas muy importantes que hacer...". Y casi lo hago.

Ahora, casi dos meses mas tarde, me doy cuenta, a más de 800 kilómetros de mi casa... de mi antigua vida... de mi tumba... Ahora, mirando al horizonte, veo una serie de olas que se acerca, y a la vez, veo alejarse los problemas, las preocupaciones... El agua está fria, y además de llevarse la poca temperatura que me queda en el cuerpo, se lleva el resto de las preocupaciones. Ha sido mas un esfuerzo mental que economico, mas intelectual que fisico. Ha costado, pero creo que ha merecido la pena.

La ultima ola que he surfeado me ha tenido algo mas de veinte segundos disfrutando igual que cuando empecé en esto allá por el noventa y tres... quizás incluso haya hecho que recuerde mi sensación cuando con doce años (en 1991) "surfeaba" con aquella tabla de corcho blanco... uff, que dolor de abdomen con aquello... mi cara vuelve a ser la misma, y las arrugas (de la edad y la preocupacion) desaparecen... con la tranquilidad y paz interior, y claro, con el frio...

Los actos mecanicos fluyen: me giro con la ayuda de los pies, rotando cada uno sobre su propio eje. Mi espalda, recta sobre la tabla, ligeramente inclinada hacia adelante... ángulo de 45 grados... me giro, pero no pierdo de vista la ola que se acerca, imponente, precisa, preciosa... 30 metros... 28 metros... 26 metros... adquiere altura, fuerza y velocidad... me reubico en el pico, miro a la orilla, y fugazmente veo la sombrilla azul, y a alguien con un forro polar, leyendo un libro (sé que es "El mercader de Venecia", pero no porque pueda leer el titulo...), mi mente sigue concentrandose en la masa de agua que avanza hacia mi, que está a 18 metros... mis manos comienzan a remar, sin dejar de mirar atrás, y a la quinta remada, mi espalda se pone casi paralela a la tabla... sigo mirando hacia atrás, y mis piés me ayudan a alcanzar la velocidad adecuada... giro la cabeza al frente, y ya ni veo la sombrilla, ni a mi esposa ni al libro... solo veo el horizonte, y cómo poco a poco me voy elevando sobre él... La masa de agua crece bajo mi, se hace mas dura, facilitando la remada, y no he de pensar, ni recordar siquiera, que ahora toca meter mas al fondo las manos, apretar la barbilla contra la tabla y con las rodillas sujetarme para no desplazar el cuerpo hacia los lados... fluidez... alcanzo la velocidad precisa, en el instante adecuado... fluidez... dejo de remar y comienzo a navegar... velocidad... mis manos se acercan a los cantos, se aferran a los mismos y se preparan... precisión... mi brazos, calientes del esfuerzo momentaneo, levantan mi tronco, aunque en realidad es la tabla la que desciende... conciso... levanto levemente el pie izquierdo, arrastrandolo por la tabla, lo adelanto al lugar donde hace tres decimas de segundo reposaba mi pecho... certeza... oriento mi cuerpo para surcar esa pantalla de derechas, que empieza a reventar en su zona superior...

Mi mano derecha se acerca a la pantalla, y con precision quirúrgica meto tres dedos en esa fantastica masa de agua... el efecto visual, aunque ni mi esposa ni yo lo disfrutemos, es genial... y quizás un joven, al igual que yo hace veinte años, me esté observando. Y sea ese momento mágico para él, y dentro de veinte años, él repita lo que yo ahora, lo que aquel desconocido hace tanto tiempo, y marque a una nueva generacion... como yo lo estoy marcando a él, como a mi me marcaron hace tanto tiempo.

Mis piernas se flexionan, y poco a poco pierdo altura, y a la vez veo cómo el labio que empezaba a romper, se cierra sobre mí... y mis sentidos se agudizan al meterme en la guarida del lobo... sin miedo, sin temor... pues en esta ocasión el lobo soy yo. El tubo se cierra cada vez mas, pero no tiemblo, no tengo miedo... me agacho un poco mas, clavo el canto de la tabla con precision... conocimiento... gano velocidad, sigo agachado, y la espuma, el aire y el agua no me dejan ver con claridad... mas no hace falta: sé donde estoy, adonde voy... plenitud... cierro los ojos, siento el canto romper la pantalla, el labio caer a mi izquerda, las tres quillas rasgar el agua... siento la presion de la cuerda del invento arrastrando, a una velocidad de unos 28 kilometros por hora... experiencia... noto claridad, abro los ojos y he salido del tubo... experiencia... aplico un poco de presion en la punta del pie izquierdo, algo menos en la punta del derecho, y la tabla gira irremediablemente hacia la pantalla de la ola, que poco a poco se desintegra... subo por ella... certeza... alcanzo el borde, el labio ya sin fuerza apenas, lo rasgo con tres quillas, sin violencia, sin agresividad... caigo apenas dos metros, lanzandome de la tabla hacia la derecha, sumergiendome en las frias aguas... felicidad.

Doctor, creo que me he reenganchado.